Acrishán sopesó el sobre antes de abrirlo, sintiendo un quedo deleite ante la letra, que delataba a su autora sin que fuera necesario leer el nombre del remitente.
Con la mirada brillante de una niña que mira una chuchería antes de llevársela a la boca o con la de un amante que prodiga una última caricia suave antes de que la pasión lo pierda.
Con la mirada de quien disfruta el anticipo de lo que se sabe hermoso.
Abrió el sobre y sonrió: no sé había equivocado.
Leyó las palabras y se dejó mecer por las emociones, por la mujer, por la dedicatoria y por el poema.
Rima IV
No digáis que agotado su tesoro,
De asuntos falta, enmudeció la lira:
Podrá no haber poetas; pero siempre
Habrá poesía.
Mientras las ondas de la luz al beso
Palpiten encendidas;
Mientras el sol las desgarradas nubes
De fuego y oro vista;
Mientras el aire en su regazo lleve
Perfumes y armonías,
Mientras haya en el mundo primavera,
¡Habrá poesía!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
Las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
Que al cálculo resista;
Mientras la humanidad siempre avanzando
No sepa a dó camina;
Mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!
Mientras sintamos que se alegra el alma
Sin que los labios rían;
Mientras se llora sin que el llanto acuda
A nublar la pupila;
Mientras el corazón y la cabeza
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
Al labio que suspira;
Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!
Gracias Nox, por robarme sonrisas de madrugada al ver que una carta me espera y por regalarme poemas que hacen que estas noches en las que ha regresado el invierno, me sepan de verdad a primavera.
Gracias hermana, amiga, compañera.